Razones para no comprar juegos de salida
Queridas compañeras y compañeros de juegos, ¿os imagináis que los juegos de salida no costasen 60 euros de salida? Soñad con un mundo dónde las compañías de videojuegos abarataran sus productos para buscar un mayor alcance entre el público, y que dejaran de ganar tantos millones a nuestra costa, al menos las grandes. Un mundo dónde los contenidos descargables sin sentido fueran gratuitos, como los de cambio de ropitas, y que las útiles tuvieran un precio justo. Un mundo dónde los juegos saliesen depurados, sin tanto bugs que estropean la experiencia de juego…
Pues para mí, ese mundo ya existe. Porque, salvo en muy contadas excepciones al año calculadas con la mitad de los dedos de una mano, no compro juegos de lanzamiento. Y esta es la clave.
Pero bueno, cómo te atreves. Las compañías de videojuegos tienen que vivir, sacar un beneficio por su esfuerzo con la producción de sus productos, y si quieres apoyarlas qué mejor forma que adquiriendo sus productos el mismo día de salida (o incluso antes para los fanáticos).
Ay amigos, una de las eternas frases que se utiliza para justificar lo injustificable. Hay muchos usuarios que también la aplican hacia los juegos piratillas; esa contestación la dejaremos para otro día. Hoy me quiero centrar en la cuestión de los exorbitantes precios recomendados de la mayoría de videojuegos. Estoy de acuerdo en que las empresas tienen que tener su beneficio, por supuesto. Tienen que cubrir gastos y pagar a sus empleados. Pero ese dinero que ingresan por un producto algo inflado de precio, tomando como ejemplo un videojuego con un enorme éxito de ventas y críticas como es GTA V, ¿va en beneficios de sus empleados o son los de arriba los que siempre se llenan los bolsillos? ¿Todos sus empleados tienen un sueldo más que digno? ¿Y en el caso de que ya lo tuvieran y en otro supuesto en el que les subieran el sueldo y toda la plantilla tuviera un sueldo extraordinario, aún así estaría justificado?
Su pudiera tener la certeza, de alguna forma, de que las compañías pagan un buen sueldo a sus trabajadores, no me importaría subir mis expectativas en lo que a precios de juegos se refiere. Pagaría más de lo que pago actualmente, y encantado, si fuese un precio justo. Como nuestro Gobierno precisamente fomenta y defiende la precarización de la clase obrera, uno busca la oportunidad de llevarse el mejor producto funcional al menor coste. Es el capitalismo, señores. Y, tanto para conseguirlo como para justificarlo, me baso en las siguientes ventajas para no comprar un juego en su fecha de estreno:
Precio
En primer lugar lo más evidente, el precio. Los juegos de salida en consola suelen rondar los 60 euros, 40 en portátiles y en PC. ¿Es un precio justo? No lo creo, ya que al año muchos juegos son rebajados, y recordemos que las empresas nunca van a vender algo sobre lo que no tengan beneficios. Es decir, que si un juego vende bien le mantienen el precio más si no llega a las ventas esperadas, tienen suficiente margen de beneficio para rebajar el precio y seguir ganando de sobra para justificar su lanzamiento al mercado. GTA V, por seguir el ejemplo, ingresó más del doble de lo que gastó en su producción el mismo día del lanzamiento. Si tenemos en cuenta que el juego tiene ya 4 años, el dinero que Rockstar ha ingresado en este tiempo es exorbitado (además a mucha plantilla solo la contratan lo que dura el proyecto de producción). Quizá este caso es extremo, no todas las compañías tienen tanto éxito en sus ventas, y menos las compañías indies. En este último caso, sí que he pagado alguna vez con gusto un juego por su precio de salida para apoyar a estudios que empiezan y porque su precio nunca llega a los anteriormente mencionados. No puedo aplicar el mismo criterio para una compañía gigante que para una que apenas comienza.
Bugs y giltches
Una de las tónicas de la presente generación de consolas es lanzar videojuegos que no han sido lo suficientemente testeados y ahorrar esa parte tan importante de desarrollo. Son los mismos usuarios fieles los que hacen ese trabajo, y el único coste para la empresa son las posibles malas críticas en páginas estilo Metacritic, aunque siempre hay algunos usuarios que justifican cualquier cosa de su empresa preferida. Algunos ejemplos de bugs son sangrantes, como ya es tónico en la saga Assassin’s Creed: Unity y, por citar unan entrega, su parche de 6,7 gigas de lanzamiento, o aquel Tomb Raider de Wii que por la ausencia de una plataforma sobre la que Lara debía saltar, era imposible de completar. Mejor jugar cuando todos estos defectos estén pulidos y corregidos.
Edición juego del año
Numerosos juegos tienen cada año su edición Juego del año o, como se conocen más comunmente por su anglicismo, los llamados GOTY (Game of the year). Si uno lo piensa, solo uno de todo ellos debería ser considerado juego del año. Pero esto no nos debe de importar, ya que estas ediciones salen con todo el contenido descargable disponible para ese juego y a un precio que si bien de lanzamiento está igual o más caro que el juego base, una vez que está amortizado más que de sobra, lo rebajan bastante. Así, yo me pillé por menos de 30 euros las ediciones GOTY de los juegos The Witcher 3: Wild Hunt y Batman: Arkham Knight. Juego este último por cierto y volviendo al punto anterior, que tuvo que retirarse de las tiendas en su versión de compatibles por problemas de rendimiento hasta ser arreglado. Si lo compraste de lanzamiento en PC, encima de caro, roto.
Remake
Si sigues mi consejo y te esperas a que tu juego salga al mercado en las condiciones deseadas, puede que esperes en exceso y ya no esté disponible. Aunque es bastante poco probable que esto pase (las demandas de juegos suelen cubrir de sobra), tienes otra oprotunidad de hacerte con juegos del pasado a través de un sistema también muy presente por estos tiempos. Son los remakes, obras de anteriores generaciones que son mejoradas para su disfrute en el presente y solo en algunos casos, bien adaptadas a dispositivos actuales (algunas veces las texturas son las mismas y solo las adaptan a resoluciones de pantalla actuales). Siempre que sea a un precio rebajado, porque las desarrolladoras se ahorran muchas fases (como las de diseño) ya realizadas en su momento, son buenas ocasiones de jugar a obras que por una razón u otra no se pudieron disfrutar.
Si no compramos un juego de salida tenemos un producto más barato, con menos bugs y, en algunos casos, con todos los contenidos descargables disponibles para él. Por lo que se podría decir que todo es positivo. Y si es un juego enfocado en su campaña para un jugador o sin modos online, es así. Lástima que como toda norma en la vida, tiene un gran pero. Y es que si el juego está centrado en su faceta multijugadora, no siempre es así. Hay algunos juegos que en sus primeros meses tienen el mayor número de jugadores, como puede ser Destiny. Y otros, como Overwatch, que sin dejar de ser así, la compañía le ofrece suficiente contenido gratuito como para tener una base de jugadores estable, sin importar si entras en el juego al año o más desde su lanzamiento, con la llegada de posibles bajadas de precio en momentos puntuales.
La época de la reserva de videojuegos para disfrutarlos desde su lanzamiento pasó a mejor vida. De marcar en el calendario en rojo fosforito el día en el que podías jugar a ese juego esperado durante meses. Ahora, al menos en mi caso, llegan cuando están baratos en algunas de las numerosas ofertas que suele haber con juegos de temporadas anteriores o en mercados de segunda mano a través de foros de compra y venta. Y es que hay tanto a lo que jugar y tantos juegos en la colección, que no me importa en absoluto esperar a jugar a un determinado juego mientras me paso todos los pendientes.
El futuro, según dicen, pinta digital y es posible que algunas de estas ventajas se esfume. Si es así el caso, ya encontraremos otra forma los usuarios de poder jugar sin pagar precios abusivos. «Ron, ron, ron, la botella de ron».
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