Seguramente muchos de vosotros no conocíais este juego hasta que os comprasteis el pack Indie Royale del Día de San Patricio en un vago intento de satisfacer vuestro síndrome de Diógenes digital, o de engordar vuestra biblioteca de Steam por unos pocos euros. Para los que simplemente lo han registrado y ni siquiera lo han arrancado aún, es un FPS desarrollado por Flying Wild Hog, estudio formado recientemente por ex-trabajadores de People Can Fly (Painkiller) y CD Projekt RED (The Witcher). Ambientado en un futuro cyberpunk muy parecido al de la película Blade Runner, intenta ser un sucesor espiritual a los shooters old-school. Intenta.

Íbamos a poner capturas para mostrar el estilo visual del juego pero como no tiene comando para hacerlo, aquí van unas tetas que siempre venden más.

 

El concepto es muy simple: eres el enésimo soldado futurista con implantes cibernéticos que tiene que detener una amenaza/conspiración que amenaza la existencia del ser humano. La escasa historia se va explicando entre mapas con escenas de cómic animadas, que aunque no son muy extensas puedes saltar (y si lo has hecho por error, luego puedes volver a reproducirlas mediante una opción del menú principal) y tienen un estilo visual bastante aceptable. Y ya está. Avanza-mata-avanza-mata-mata-muere-muere-muere-ragequit-desinstala. Porque algunas situaciones son bastante desesperantes.

Para empezar, el juego solo cuenta con dos armas: ametralladora y pistola de plasma. Cada una tiene su tipo de munición e inicialmente están asignadas a las teclas Q y E, lo que hace que sea bastante accesible cambiar entre ellas. Accesible, porque de rápido nada: la lentitud de las animaciones echa por tierra cualquier intento de cambiar de estrategia en medio de los fregados en los que te sueles meter. Lo bueno es que las armas pueden ser mejoradas (matar enemigos y recoger ciertas cápsulas naranjas van dando experiencia, y al rellenar la barra nos dan un punto de mejora), y se les añade funcionalidad que nada tiene que ver con su propósito inicial (una ametralladora que se transforma en un lanzacohetes y que sigue usando balas como munición… O RLY?). ¿Lo malo? Que seguramente las primeras veces te equivoques de opción y acabes gastando los puntos en algo completamente inútil para tu situación actual. Eso sí, el menú de actualización (sólo se puede hacer en determinados «puestos» robóticos desperdigados por el mapa) es puro deleite visual.

La variedad de enemigos es muy escasa. Que sí, que son robots y que todos deberían ser iguales, pero eso no es excusa para que el juego tenga unos 6-7 tipos distintos. Al menos tienen suficientes variaciones de modelos y texturas como para darte la impresión de que no estás luchando todo el rato contra los mismos bichos, aunque cuando le pillas el truco puedes identificarlos perfectamente. Los jefes finales son todo lo contrario, cacharros gigantes bien detallados y con comportamiento único, con la única característica común de que todos ellos sueltan enemigos menores para molestar un poco y podemos ver sus puntos débiles en un color naranja parpadeante. Ojo, esto no significa que sean vulnerables todo el rato, y mucho menos fáciles de vencer.

La ambientación está bastante conseguida, con una atmósfera oscura e industrial pero al mismo tiempo salpicada de neones y detalles futuristas por todos lados, si bien algunos elementos como los coches y los terminales pueden recordarnos al estilo retro-futurista de Fallout 3. Se echa en falta algún tipo de actividad humana, o al menos algún detalle que no te haga sentir que en el mapa solo estáis tú, los robots y los cadáveres ensangrentados de los pobres desafortunados que salieron de su casa durante el toque de queda.

La jugabilidad: terrible. En serio. Si vas a hacer un Quake o Painkiller adaptado a los tiempos modernos, dame una física no realista, un lanzacohetes y yo me encargaré del resto. Pero no me metas a un tío que hace strafe a la misma velocidad que anda, sólo puede correr hacia adelante durante un tiempo limitado (y encima hay un efecto de desenfoque y el arma se desactiva) y ni siquiera se puede agachar. Cuando llegues a una plazoleta demasiado tranquila y con items desperdigados la única frase que va a pasar por tu mente es ésta, porque es lo que te va a acabar ocurriendo varias veces. Teniendo en cuenta que los enemigos corren el triple que tú y el mapa está plagado de obstáculos, es muy probable que acabes clipeando entre una esquina y una horda de bichos que no conocen ninguna de las tres leyes de la robótica. Porque esa es otra, el juego hace hincapié en elementos destructibles que además dañan a todo el que pase cerca suyo, tu personaje incluido; más de una vez creerás tener la espalda cubierta contra algo seguro, que resulta ser un coche que explota por un disparo enemigo extraviado y te vuela el culo a pesar de tener la vida a tope. Ah, y todo esto aderezado con un bonito sistema de checkpoints, por si en un futuro sale el juego para consolas (porque ya trae opciones de configuración para mando).

Por último, el juego tiene algunos extras como son el modo EX, que viene a ser el típico New Game+ en el que empiezas de nuevo con todo el equipamiento que ya tenías. También hay un modo Survival en el que van apareciendo hordas con distintos modificadores de vida y daño, y al final de cada una se te da un punto de mejora para emplear en el escaso tiempo de descanso. Y para los gamers más exigentes, sistema de leaderboards mundial y 81 exquisitos logros para aumentar en unos centímetros más la medida de tu e-penis.

¿Compensa todo esto las escasas 4 horas que dura el juego en dificultad normal? Si has comprado el juego en algún bundle u oferta seguramente, pero si pagaste el precio completo puede que te sientas estafado.

https://www.speargames.net/files/Hard-Reset-destacada.jpghttps://www.speargames.net/files/Hard-Reset-destacada-150x150.jpgRodrigo DiazAnálisis3d,flying wild hog,fps,indie royale,pc,steam,tetasSeguramente muchos de vosotros no conocíais este juego hasta que os comprasteis el pack Indie Royale del Día de San Patricio en un vago intento de satisfacer vuestro síndrome de Diógenes digital, o de engordar vuestra biblioteca de Steam por unos pocos euros. Para los que simplemente lo han registrado y...Now, with 95% of MALK!!